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Madres saludables, bebes saludables, país saludable

In Capacitación/Educación, Economía, Familia, Lactancia Materna, Puericultura, Salud on 09/12/2010 at 14:46

“Imaginemos que en el mundo se hubiera inventado el producto ideal para alimentar y vacunar a todos los bebés.

 Imaginemos también que ese producto estuviera al alcance de todos, que no contaminara y no requiriera almacenamiento ni distribución, y que ayudara a las madres a planificar sus familias y redujera al mismo tiempo el riesgo de cáncer.

E imaginemos ahora que el mundo se negara a aprovecharlo.

Hacia el fin de este siglo de descubrimientos e invenciones sin precedentes, la situación descripta no es, lamentablemente ficticia, el producto ideal es la Lactancia Materna, a la que todos tenemos acceso al nacer y la que, sin embargo, no estamos aprovechando….” 

Con esta frase acuñada por una sabia enfermera termino siempre mis charlas sobre Lactancia Materna. Estas charlas están destinadas a todo el personal de las maternidades y centros de salud de mi provincia, a las madres que concurren al taller de embarazo y crianza de nuestro hospital, a alumnos de enfermería y de medicina, a la comunidad en general. 

¿Por qué es necesario hablar de la Lactancia Materna? ¿Por qué debemos volver a enseñar algo que es inherente a la especie humana?  

Pues porque hemos perdido la cultura del amamantamiento y la hemos reemplazado por la del biberón, impuesta a las familias por las empresas lácteas multinacionales y otros intereses a través de la publicidad y –lamentablemente- también por medio de los profesionales de la salud. Una cultura que explota la necesidad y el derecho de las madres de salir del hogar para trabajar sin que en sus lugares de trabajo se apoye, se facilite o siquiera se respeten las insuficientes normas vigentes para la preservación de la Lactancia Materna.  

En el mundo, más de un millón y medio de niños mueren anualmente antes de cumplir el primer año de vida por enfermedades evitables con sólo recibir leche materna, como la desnutrición y las diarreas.  

En función de la evidencia científica, y por sus múltiples beneficios, la Organización Mundial de la Salud y la UNICEF proponen la Lactancia Exclusiva durante los primeros 6 meses y luego lactancia materna con alimentos nutritivos adecuados hasta los 2 años o más.  

Pese a ello, en La Argentina empobrecida de hoy seguimos desperdiciando este elemento tan valioso, ya que en la actualidad no todas las madres amamantan y sólo una minoría lo hace en forma exclusiva durante los primeros meses de vida del bebé. En tiempos en que muchas de nuestras familias están subalimentadas, ello no es un dato menor. Está demostrado que las mujeres que amamantan, pueden producir leche aún con ingesta calórica inadecuada. El costo mensual de la leche en polvo que se requiere para un bebé es mayor que el costo para alimentar adecuadamente a la madre. El ahorro para la familia y para la sociedad que la lactancia materna produce es hoy un argumento de tanto peso como los innumerables beneficios para la salud y el bienestar del binomio madre hijo/a. 

Volver a la lactancia materna, aceptar la maravillosa ofrenda de la “sangre blanca” es un acto tanto de amor como de inteligencia. Y en tiempos de crisis, un imperativo ético.

 Alejandra Mercado

Médica de Familia y madre de 4 niñas.

dardemamar.com

Mujer, trabajadora y mamá

In Familia, Puericultura on 25/11/2010 at 01:00

Maternidad y trabajo sí son compatibles. Pero para lograrlo, las mujeres deben ser reconocidas y apoyadas en esa función.

Hoy en día, hombres y mujeres compartimos posiciones de poder y decisión en las empresas. A todos nos importa el desarrollo y la prosperidad. Pero ese progreso laboral depende también invisiblemente  de nuestras realidades emocionales individuales. De hecho, no somos tan creativos ni lúcidos cuando tenemos preocupaciones en casa. Ahora bien, hay una diferencia sustancial entre hombres y mujeres. 

Las mujeres vivimos una contradicción permanente: por un lado, estamos diseñadas para proteger y alimentar a nuestra cría, que es totalmente dependiente de nuestros cuidados. Y por el otro, estamos accediendo a territorios históricamente reservados a los hombres: la autonomía y la independencia económica, gracias a nuestros oficios o lo que sea que hayamos decidido «hacer». 


INDIVIDUAS
Ese «hacer» se ha convertido en la imagen a través de la cual somos reconocidas como «individuas» (lo escribo a propósito en femenino). 

Si no tenemos hijos, podemos funcionar en masculino y no pasa nada. Pero si nace un niño, sufriremos una enorme pérdida de identidad, además de nuestra libertad. Ya no podemos seguir funcionando «como antes». 

Entonces la ambivalencia aparece de inmediato. Las madres culpamos al trabajo. Los responsables o directivos (incluso siendo nosotros mismos madres o padres) culpamos al niño. Hay dos territorios que se chocan. Uno es externo y el otro es interno. Uno es visible y el otro invisible. Uno nos nutre y el otro espera ser nutrido. Esta división impuesta produce sufrimiento, no sólo en el niño sino también en la madre y en todo su circuito afectivo. Porque no es genuina. 

Las madres intentamos creer que ese niño no existe mientras tecleamos a toda velocidad nuestra blackberry, pero es evidente que tenemos el corazón partido. 

Por lo tanto, no funcionamos. Para colmo, al llegar a casa, frente al abismo de la invisibilidad del hecho materno, deseamos huir hacia el quehacer del mundo público en la desesperada necesidad de no ser tragadas por el manto de neblina que cubre la silenciosa y aislada permanencia con el bebé. Es decir, ni siquiera es solución regresar a casa. 
DICOTOMIA 
Esta realidad nos atraviesa a casi todos. Pero llamativamente, casi no  hablamos sobre «esto», ni aparecennoticias ni pensamientos ni propuestas sobre nada vinculado con la dificilísima tarea de tener niños y trabajar al mismo tiempo. 

Esta dicotomía que nos hemos impuesto, de que los niños que amamos van por un surco y el trabajo que también amamos o necesitamos va por otro, es un despropósito. Porque nosotros, hombres y mujeres, padres y madres, somos la misma persona. Algo está mal si creemos que podemos sostener saludablemente emprendimientos o negocios sin tener en cuenta el equilibrio emocional de cada individuo. 

En cambio, si pensáramos en el futuro de nuestra comunidad, si reflexionáramos política, filosófica, económicamente, las cuentas darán bien sólo si los niños vuelven a interactuar en los espacios públicos con los adultos. 

Y para eso necesitan a sus madres emocionalmente disponibles. No divididas, sino integradas. 

Porque a decir verdad, maternidad y trabajo sí son compatibles. 

Pero sólo si desde el ámbito laboral reconocemos, aceptamos y apoyamos a cada mujer que es madre de niños pequeños. En esos casos, es muy probable que se vuelva experta en aprovechamiento del tiempo. 

Que se torne excepcionalmente eficaz. Que utilice toda su inteligencia emocional. Que madure interiormente. Que esté en condiciones de ofrecer aún más recursos intelectuales, simplemente porque no estará dividida. 

¿Cómo se puede acompañar esta «integración» desde el ámbito laboral? Como mínimo, deberíamos saber al menos qué trabajadoras tienen niños pequeños. Crear un buen clima de trabajo. Alentar a unos y otros para visitarnos en los hogares. Porque para maternar a los niños, las mujeres precisamos ser vistas, valoradas, reconocidas, acompañadas y apoyadas en esa función, con el sustento económico y afectivo suficientes. 

Que el hecho materno vuelva a tener un alto valor social sólo puede traer riqueza y prosperidad.

Fuente: Clarín.com
Nota de Opinión – Por Laura Gutman,
terapeuta de  familia

Las Hijas de Hirkani

In Familia, Libros, Puericultura on 24/11/2010 at 16:05

La Liga de La Leche Internacional (LLLI) se enorgullece en anunciar la publicación del libro Las Hijas de Hirkani: Mujeres que Escalan Montañas Modernas para Combinar la Lactancia Materna y el Trabajo. Al presentar historias inspiradoras de mujeres trabajadoras lactantes de Norteamérica y Latinoamérica,  Europa, Asia, el Medio Oriente y África, el libro ofrece estímulo, información y conceptos prácticos.

La narrativa variada y amplia echa una mirada a las luchas y éxitos de mujeres que combinan la lactancia materna y el trabajo y que incluye:

  • Lo que las madres que trabajan deben saber para combinar la lactancia materna y el trabajo
  • Historias de inspiración de mujeres de toda condición que han buscado soluciones creativas para combinar la lactancia materna y el trabajo
  • Por qué la fuerza laboral sigue siendo no amigable con los niños
  • Una mirada a los lugares de trabajo modelos para nuevas madres – presentando a algunos patronos amigables con la lactancia materna
  • Información sobre legislación relativa a la lactancia materna en la fuerza laboral

Una comediante de California, una física nuclear de Bariloche, Argentina y una pediatra de Egipto, así como otras personas de todo el mundo, comparten su perspectiva sobre la lactancia materna y el trabajo. Estas historias sobre el deseo de las madres de amamantar a sus bebés, le ayudarán a comprender cómo tanto trabajadoras como empleadores pueden ganar. El relato especial cobre empleadores amigos de la lactancia materna destaca pequeñas empresas, corporaciones internacionales, industrias médicas y organizaciones sin fines de lucro.

“Estas historias de madres lactantes trabajadoras de todo el mundo y de toda condición resultan inspiradoras. Las historias brindan alegría, sabiduría y aliento a todas aquellas familias que quieren dar el regalo de leche humana a sus bebés. La Liga de La Leche ha conseguido proporcionar un excepcional recurso de apoyo de madre a madre,” manifiesta Karen LeBan, Directora Ejecutiva del grupo CORE.

http://www.llli.org/Lang/Espanol/hirkani.html